Ver la puesta y la salida del sol
Durante el día Wadi Rum es un lugar inmenso y silencioso, con un paisaje tan dramático que te deja sin habla, por la magnitud de su impresionante e indescriptible belleza. Durante la noche es un lugar de tranquilidad infinita, bajo el oscuro cielo de terciopelo lleno de millones de estrellas con una luna brillante iluminando las montañas. Y luego hay dos momentos mágicos entre estos períodos; la salida y la puesta de sol.
Cuando estés en Wadi Rum, es una necesidad poner el despertador para contemplar la maravillosa salida del sol, cuando la primera luz comienza a romper el silencio de la noche y el cielo comienza a virar del negro al púrpura y luego al naranja y finalmente a un azul nebuloso que se va intensificando a medida que el sol se eleva por encima del horizonte. Las montañas pierden los tonos grises y negros de la noche y lentamente viran al amarillo suave y al rojo. Experimentar la serenidad y la magia del amanecer es algo excepcional.
Y cuando sea la hora de la puesta del sol, busca una roca para sentarte; deja pasar todas las vivencias del día, quédate en silencio y deja que la belleza de la vida te penetre.
Disfruta viendo el sol iluminando las rojas montañas y transformando las montañas amarillas en pepitas de oro gigantes. Observa como se alargan las sombras en los macizos rocosos y en las dunas arrastradas por el viento. Finalmente, un abismo negro estrellado es todo lo que nos queda para la noche.
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